¿Qué es la locura? ¿Cuántas veces hemos calificado de loca a una persona
sin saber realmente de qué se trata o los alcances de esta palabra? ¿Cuántas
veces se ha tratado de definir la locura? ¿Por qué siempre se utiliza este
término para denigrar a las personas si ni siquiera podemos definirlo bien?
Demasiadas preguntas que quizá no tengan una respuesta convincente,
quizá nos plantean un reto filosófico difícil de descifrar y sin embargo,
conforman una incógnita que muchas veces ha definido la vida de personas y
hasta de naciones enteras.
¿Cuántos hemos escuchado hablar de “Juana la loca”? Probablemente, todos
hemos escuchado aunque sea una mención alguna vez o inclusive, algo sabemos de
la historia de Juana I de Castilla. Pero, ¿por qué nos parece tan normal que la
llamen loca? ¿Alguna vez al escuchar o leer algo de su historia nos hemos
cuestionado su locura o, simplemente la aceptamos como un hecho?
Sin duda este ha sido un tema que ha apasionado a muchos los interesados
en la historia, sin duda muchos hemos sido alguna vez Manuel…
Manuel es un historiador que en el siglo XIX está obsesionado con la
historia de Juana, pero su obsesión no es solamente académica, tiene un fuerte
trasfondo familiar. Manuel forma parte de una familia noble de España,
emparentados con Fernando de Aragón y que en el siglo XVI, fueron los responsables
de custodiar durante muchos años a la reina Juana en Tordesillas. Manuel cree
que sus antepasados fueron cómplices tanto de Fernando de Aragón como de Carlos
I de España, manteniendo cautiva a Juana y causándole tortura psicológica, así
como de negarle su derecho al trono.
Así pues, Gioconda Belli nos hace adentrarnos en la vida de Juana, en
sus emociones, sus sentimientos, sus alegrías, tristezas y fracasos. Nos insta
a entrar en su piel y descubrir si realmente estaba “loca” como siempre nos han
dicho, o si solamente sentía.
El pergamino de la seducción es una fascinante novela histórica cargada
de erotismo, con muchas aristas de psicología y moralidad que hacen que sus personajes
sean complejos, nos generen empatía y nos lleven a cuestionarnos muchos supuestos.
Manuel explora la vida de la reina Juana de una manera muy particular, a
través de los ojos y la mente de una adolescente, Lucía, quien tiene gran
parecido físico e interés en Juana. Le cuenta la historia llevándola con cada
relato a través de sus emociones como en un trance, con el cual logra que Lucía
intente ponerse en los zapatos de Juana y averiguar si sus acciones
correspondían a una persona loca, o si eran solamente una expresión de las emociones
que tanto intentaban reprimirle. ¿Cómo se sentiría una mujer de los 1900’s si
la trataran como a Juana en el siglo XVI? ¿Cómo se sentiría una persona del
2023 viviendo las situaciones que vivió Juana? Intriga, infidelidades,
anulación por parte de su familia y pareja, separación de sus hijos, saber que
su vida y sus sentimientos no importan, solamente importa la política, el poder
y el supuesto bienestar de una nación. ¿Hasta qué nivel podría llegar la tristeza
y la frustración de una persona al verse privada de todas sus libertades por
sus seres más queridos?
La manera en la que Manuel narra la historia de Juana en esta novela
hace que no solamente Lucía se cuestione la historia oficial, sino también
nosotros como lectores. Resulta imposible no tener empatía con Juana, nos
topamos de frente con el hecho de pensar: “¿Qué hubiese hecho yo?”. Y es que a
lo mejor todos tendríamos reacciones similares a las suyas o peores. En pleno
siglo XXI me atrevería a decir que si los hechos se dieron como los narra
Manuel, Juana no estaba “loca”, seguro que hay muchos términos distintos para
nombrar su situación muy lejos de ese estigma.
Pero en esta emocionante novela no solamente nos adentramos en los
sentimientos de Juana, paralelamente conocemos la historia familiar de Lucía y
Manuel. Como ya mencioné, Manuel busca reivindicar a Juana y por ende, manchar
un poco la reputación de su noble familia, debido a su propio pasado, un pasado
lleno de secretos familiares, rechazo y emociones mal gestionadas que lo llevan
a olvidarse de realmente vivir. Manuel se obsesiona con Juana y con ello,
descubre secretos de su familia que a la postre lo consumen.
Por otra parte Lucía, también tiene sus carencias emocionales debido a
la falta de sus padres. Su deseo de pertenencia a una familia, su búsqueda de
afecto y su corta edad, la hacen vulnerable y sucumbe a la romántica idea de
explorar en la vida de una mujer que vivió siglos atrás. En el proceso reconoce
sus propios sentimientos, explora su propia sexualidad, se descubre
cuestionando las intensas pasiones de Juana y las suyas propias. Se cuestiona
sus emociones en contraste con la moral que siempre le han inculcado, se descubre
avergonzada y asustada por “sentir”. Sin embargo, esta exploración en gran
medida la lleva a cabo de la mano de Manuel, quien es muchos años mayor que
ella y al final, encontramos a un Manuel que se aventura a resolver un problema
que podría dañar la reputación de Lucía, utilizando engaños y secretos, mismas
acciones que han empleado sus antepasados y que tanto reprocha. Emociones sin
sanar y patrones repetidos…
Tres personajes muy complejos con una vasta historia en cuyo desarrollo
vemos reflejada una sociedad que tal vez no ha cambiado mucho a lo largo de los
siglos. Queremos creer que hemos avanzado mucho pero todavía seguimos reprimiendo
sentimientos por vergüenza, seguimos cargando con muchos estigmas a causa de
nuestras emociones y en el caso de las mujeres, también por vivir la sexualidad
abiertamente. Y si queremos pensar que no es así, solamente tenemos que preguntarnos
por ejemplo: “¿Cuántas veces hemos dicho o escuchado decir “no voy al psicólogo
porque no estoy loco”?” Resulta que no hemos cambiado tanto, la salud emocional
y mental sigue sin validarse como debería y se sigue de alguna manera
denigrando a las personas por ello.
Este es solamente un enfoque, pero este libro realmente tiene muchas
aristas que podríamos tratar, roles de género, patrones familiares, influencia
religiosa y más. Lo más importante al final del día es que es una narrativa
impresionante, que nos atrapa de principio a fin, nos hace sentir intensamente,
pensar y cuestionarnos muchas cosas, Gioconda Belli es sin duda una escritora extraordinaria.
Si no han leído “El pergamino de la seducción” háganse un favor y léanlo,
no se van a arrepentir, lean, déjense llevar por esta historia como lo hizo
Lucía y sientan sin miedo, sin represiones, sin culpas, sin prejuicios, sólo
sientan. Y cuando estén ahí respondan a la gran incógnita: “¿Estaba Juana realmente
loca?”